Fuente: Latercera.com
Con fuerza y sorpresa por los pobres resultados de la evaluación diagnóstica, el ministro de Educación ha interpelado al sistema escolar a volver prontamente a la presencialidad, de modo de poner freno a lo que ha llamado “terremoto educacional”.
Uno de los elementos que se ha visto más tergiversado con la virtualidad, es la interacción pedagógica: la relación docente-estudiante, a través de la cual, las y los profesores “median” entre el estudiante y su aprendizaje. En efecto, la virtualidad hace extremadamente difícil para el docente el hacerse cargo de un aula diversa y, sobretodo, el poder calibrar la disposición al aprendizaje de cada quien. Una buena interacción pedagógica, que habilite aprendizajes significativos, se logra cuando el docente está en sintonía socioemocional con cada estudiante y con el grupo curso, de modo de, en su rol de mediador, lograr que cada uno, con sus fortalezas y debilidades, transite hacia un estado “afectivo” y “efectivo” para el aprendizaje. Por otro lado, lograr sintonía socioemocional en la interacción pedagógica, requiere de docentes socioemocionalmente hábiles, reflexivos y conectados con su práctica docente. Dicho esto, no sorprende en absoluto los pobres resultados de la prueba. En pandemia, las y los docentes no han tenido las condiciones laborales para desarrollar una buena interacción pedagógica. Es más, muchos de ellos, no han sido siquiera formados para eso.
Ver columna completa