Fuente: DiarioTalca.cl
En este caótico mundo hay un deseo profundo por acercarse a la filosofía. ¿Quizás buscar el sentido a la vida? Aldo Bombardiere Castro (Santiago, 1985), licenciado en Filosofía y estudiante del Magister de la Universidad Alberto Hurtado, nos acerca a Heidegger a través de “Heiddeger y la existencia propia. Una ética para enfrentar la actual crisis planetaria” (RIL Editores / Universidad Mayor, 2018) de Rodrigo Pinto Pastrana, quien actualmente prepara su tesis doctoral y es un profundo conocedor de Heiddeger. En momentos que en todo el mundo se hacen preparativos para conmemorar los 100 años de Ser y Tiempo, que se cumplen el 2027.
Aldo, el fallido proceso constitucional que vivió Chile dejó en claro una ausencia de un diálogo profundo. Siguiendo a Heidegger, cuando se refiere a los modos de convivencia entre los hombres, estaríamos en el tramo de los deficientes. Es decir, los que están el uno contra el otro…
“Si bien la filosofía de Heidegger no tematiza la dimensión política o ética de modo directo, pues se concentra en el problema de la pregunta por el sentido del ser, es decir, en la ontología, sí pareciera que, a nivel implícito o derivado de ésta, la convivencia humana es un tema relevante. Antes que concebir una sociedad a partir de intereses o beneficios individuales o sectoriales, guiados por un cálculo de costos versus beneficios, en Heidegger está muy presente la capacidad de los humanos para ‘poner en juego’ en pro de la autenticidad de su existencia. Esto significa, el hecho fáctico de quedar expuestos, vulnerables y a disposición de la escucha del ser y, con ello, de abrirse a las posibilidades de una vida plena y a la vibración del asombro, donde el acontecimiento de lo impensado e impronosticable de paso a un comienzo nuevo, a otra realidad y más allá de cualquier deslucido realismo. Bajo tal perspectiva, el diálogo sería una experiencia potente, ya que cuando se desarrolla de manera radical y desprejuiciada, no consiste en un medio de mera persuasión, una simple conversación con el objetivo de llegar a acuerdos o, incluso, la sorpresa de hacernos cambiar de opinión, sino en una experiencia donde nos volvemos susceptibles de devenir otros, donde acontezcamos otros que jamás creímos llegar a ser”…
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