Fuente: La Tercera
La publicación de los resultados de la PAES ha vuelto a poner sobre la mesa una realidad que, lamentablemente, persiste en nuestro sistema educativo: las brechas de aprendizajes y desempeños académicos entre los establecimientos particulares y públicos. Lo crucial es analizar las causas del fenómeno para comprender que el problema no radica en la PAES, sino en las condiciones y oportunidades de formación educativa en distintos contextos sociales.
Un desafío inmediato que debemos atender es analizar de la manera más amplia y compleja los datos que nos entrega la PAES. Si bien no producen directamente mejoras en el sistema educativo, toda la información es útil para este propósito y aporta a construir una mirada integral acerca del problema.
Necesitamos establecimientos que atiendan las diferencias, velando por garantizar una educación de calidad y con sentido de justicia. La escuela no puede sumar nuevas desigualdades a aquellas que los estudiantes traen desde sus hogares y sus barrios.
Existe un déficit estructural que demanda la necesidad de invertir mayores recursos en educación pública para mejorar la infraestructura, disminuir la rotación docente, fortalecer la asistencia y más. Esa falta de recursos se refleja en los resultados de la PAES y, mientras no enfrentemos esta desigualdad, no lograremos aplanar las curvas y acortar las brechas.