Leandro Sepúlveda, investigador del CIDE.
El seguimiento a una cohorte de egresados de enseñanza media entre 2011 y 2016 arrojó relevantes resultados que se presentaron el pasado 17 de noviembre en el Seminario “Trayectorias educativo-laborales: evidencias de la investigación y orientación para las políticas sociales” organizado por la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado.
Los resultados correspondieron al estudio “Modelos de trayectorias y desenlace educativo-laboral de jóvenes; Un estudio longitudinal en la Región Metropolitana (proyecto FONDECYT 1140596)”, los que fueron presentados por los investigadores de CIDE Leandro Sepúlveda y M. José Valdebenito.
El objetivo del estudio fue analizar y caracterizar las trayectorias educativo-laborales que experimentaron jóvenes egresados de la educación media; analizar sus aspiraciones y expectativas y los factores que inciden en sus decisiones; estudiar la incidencia de la institución escolar y el entorno familiar en la experiencia de los jóvenes; y delimitar modelos de trayectorias predominantes y sus características.
María José Valdebenito comentó que la metodología utilizada fue una encuesta longitudinal aplicada entre los años 2011 y 2016 a una muestra de 1,888 estudiantes que cursaban su último año de enseñanza secundaria. “En el marco de las elecciones vocacionales se destaca la prevalencia del modelo credencialista, en que estudiar en la universidad es fundamental para ser alguien en la vida”, agregó. Y para ello se cuenta con la familia como principal soporte para tomar decisiones y para cumplir con los objetivos en la vida, aseguró Valdebenito.
Una de las grandes transformaciones en esta investigación, efectuada durante cinco años sucesivos, reveló una expansión de la matrícula en educación superior. “Se muestra un cambio generacional importante, en que 7 de cada 10 estudiantes que ingresa al sistema supera el nivel educacional de sus padres”, comentó Leandro Sepúlveda. Una cifra destacada en este sentido es que la cobertura bruta de la población entre 18 y 24 años se ha triplicado en 20 años y cerca del 50% de este grupo está en la educación superior, reveló Sepúlveda. En este grupo, se muestra la relevancia de la educación técnica superior, en que un 44,5% de la matrícula 2016 se concentra en Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica.
“A 2 años de su egreso, los jóvenes científico humanistas logran ingresar más rápido a la universidad, y solo un 20% de estos estudiantes siguen dependiendo económicamente de sus padres”, detalló M. José Valdebenito. El estudio mostró trayectorias que se adscriben al modelo meritocrático que ofrece el credencialismo, por lo tanto vale la pena esforzarse en el estudio ya que existe una recompensa a este esfuerzo. “La mayoría de los jóvenes evidencian un ejercicio de adecuación de sus aspiraciones en función de las alternativas existentes en el mercado de educación superior”, aclaró la investigadora, y sus elecciones de centros de estudios siguen estando marcadas por las diferencias sociales.
El seminario también contó con las exposiciones de las investigadoras Almudena Moreno de la Universidad de Valladolid, España y Claudia Jacinto, Investigadora del Instituto de Desarrollo Económico Social, IDES de Buenos Aires. Moreno expuso sobre la transición a la vida adulta en España en perspectiva comparada, y Jacinto abordó las políticas de educación, formación y empleo de jóvenes en tiempos de transiciones inciertas.