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Según la OCDE Chile es el cuarto país con menor participación laboral femenina entre las naciones que integran esta organización. Diversos estudios demuestran que los principales factores que explicarían esta baja participación serían las dificultades para conciliar la vida familiar y laboral.
La investigación “Macroeconomía y conciliación familiar: el impacto económico de los jardines infantiles”, encabezada por el académico Carlos García de la Facultad de Economía y Negocios de la UAH, reveló los beneficios económicos de aumentar los servicios de jardines infantiles y la necesidad de contar con una ley de sala cuna universal para todos los trabajadores, padres y madres con hijos menores de dos años.
Cifras del SERNAM indican que sólo un 26,5% de las trabajadoras del sector privado tienen el beneficio de sala cuna, mientras que en el sector público esta cifra llega al 50,3%. Esto debido a muchas empresas evitan contratar a más de 20 mujeres para no tener que cumplir con el artículo 203 del Código del Trabajo que obliga a contar con una sala cuna o pagar directamente los gastos de este beneficio.
El estudio de la UAH plantea que si la inversión en jardines infantiles aumentara en un 1% del PIB, el Producto Interno Bruto se incrementaría en un 0, 55% en tanto la productividad alcanzaría un 0,15% y el empleo un 0,18%.
El informe concluye que al aumentar los servicios de jardines infantiles se produce un incremento en la productividad debido a los mayores niveles de conciliación de los ámbitos de familia y trabajo y que sería posible distribuir la carga del financiamiento entre el Estado, los trabajadores y las empresas sin afectar mayormente el empleo y los salarios.
Ver estudio “Macroeconomía y conciliación familiar: el impacto económico de los jardines infantiles”