Académico y Director del Magíster en Sociología UAH.
Temer no sólo es el presidente más impopular de la historia, sino que tal vez además acumule el record del gobierno más breve. Sin embargo, su salida no necesariamente resolverá la crisis política brasileña. De hecho, lo que corresponde, según la Constitución, es que una elección indirecta por parte de ambas Cámaras elija a un nuevo presidente por lo que resta de mandato
Brasil políticamente es un país sísmico. La revelación de grabaciones realizadas por uno de los dueños de JBS, una de las empresas productoras de carne más importantes del país, en donde el Presidente Michel Temer aprueba la mantención de una mesada a Eduardo Cunha, el ex presidente de la cámara de diputados que está preso por corrupción, para comprar su silencio, es el marco del más reciente terremoto político de ese país.
Hace pocas semanas el propio Temer reconoció que la reciente destitución de Dilma Rousseff fue producto de una venganza de Eduardo Cunha frente a la negativa de la presidenta de apoyarlo ante las múltiples acusaciones de corrupción que se acumulaban contra el parlamentario. Según esta confesión, el gran error de Rousseff habría sido no aceptar el chantaje de Cunha, quien tenía el poder de viabilizar el pedido de destitución de la ex presidenta por encabezar la Cámara de Diputados. Temer no cometería ese error, por eso incentivó al empresario a mantener el esquema de financiamiento ilegal a Cunha. Sin embargo, este “resguardo” no evitará la caída de Temer tan sólo a un año de haber asumido la presidencia en reemplazo de Rousseff…
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