De acuerdo a la docente, esta iniciativa tiene una mirada crítica: “Ellos lanzaron años atrás la campaña de los distintos tipos de cuerpos, pero la idea es ir avanzando y tener una marca con sentido. La pregunta era, ¿qué hacemos ahora? Hicieron una alianza con Getty Images, que es de los bancos de imágenes más grandes de donde los publicistas sacan fotos, y GirlGaze, una asociación de fotógrafas. En esta oportunidad se lanzó un banco con 5.000 imágenes de mujeres diversas, en todos los sentidos de diversidad: edad, tamaño, color, tipos de piel, normatividad sexual, etc.”.
Asimismo, Alejandra Energici especificó que “lo que ellos lanzan es una herramienta para diversificar la publicidad, pero entendiendo que la publicidad es un campo bien complicado para eso, porque por un lado reproduce valores sociales, pero por otra parte ellos también están promocionando una marca, lo que esperan es vender un producto, entonces el lugar de la publicidad no es incomodar, y la crítica social siempre incomoda”, señaló.
La académica añadió también que hay marcas que han intentado lanzar campañas que promuevan la diversidad de cuerpos, pero, según estima, ésta no resultan efectivas: “esas campañas son bien pseudo, porque por ejemplo, salen líneas de ropa para mujeres gordas, pero no tienen corte, es ropa negra, al final, es ropa “esconde tu cuerpo”. Todos dicen que están por la diversidad pero al momento de concretar, no hay marcas que se hayan hecho cargo del tema”.
En ese sentido, Energici puntualizó que el cuerpo que prevalece en la publicidad chilena es el de una mujer alta, joven, muy delgada, de rasgos blancos, rubia, con una estética muy europea y huesuda, poco atlética. “Como yo le llamo, la estética del hambre, en vez que los hombres aparecen en una estética del movimiento, más activos”, enfatizó.
De acuerdo a lo anterior, la experta en imágenes fue crítica al sostener que “a las mujeres se nos trata por nuestro cuerpo, se nos juzga moralmente por nuestra apariencia, aquello que somos es como nos vemos, y eso no aplica a los hombres. Los hombres socialmente no tienen cuerpo, son acorporales en un montón de cosas. Y como las mujeres somos nuestro cuerpo, qué muestra la evidencia, que las mujeres bellas les va mucho mejor en términos económicos, gozan de más privilegios. Desde que las evalúan mejor en educación, acceden a mejores trabajo, las promueven más rápido, se casan con hombres que ganan más dinero, hasta tienen mayor movilidad social. Por otro lado, las mujeres que no son bellas, son ampliamente rechazadas y violentadas, y con cosas que aparecen bien autorizadas socialmente, como la violencia hacia las mujeres gordas”.
La académica actualmente está desarrollando un proyecto de investigación denominado “El cuerpo en lo social”, en el que se analizaron 453 imágenes en publicidad, artículos de revista, publicidad en metro y en el mall, y cuyo objetivo era reconocer tipos de silueta: “En este proyecto logramos identificar cuatro. Dos relativamente ideales, otra que llamamos la silueta de la felicidad, y una tercera derechamente rechazada”.
“Las dos siluetas ideales son extremadamente delgadas, y lo interesante es lo que se les asocia. Esta silueta muy delgada tiende a asociarse a elegancia, probablemente al relacionarlo con lo europeo. Después tenemos otra que es la silueta del atractivo, que es la que menos aparece. Es delgada pero no tanto, y tiene caracteres sexuales secundarios. Luego está la silueta de la felicidad, que es un poco más gordita, y que tiene un contexto, ya que está asociada a una temática en particular. Y finalmente la silueta obesa, que aparece como medicadamente obesa, y que no se representa con cuerpos, sino con objetos, como una torta, el cuerpo no aparece”, concluyó la docente.