La cineasta Patricia Rivera junto a los periodistas Andrés Almeida y Claudio Pizarro.
La cineasta Patricia Rivera junto a los periodistas Andrés Almeida y Claudio Pizarro.
Se cumple un mes de las movilizaciones en Chile y surgen cuestionamientos públicos a las prácticas antiéticas de medios y periodistas que han requerido un profundo análisis de parte de las redacciones, las audiencias y también de la academia. Razón por la cual la Escuela de Periodismo convocó al periodista Andrés Almeida, editor general de Interferencia y a la cineasta Patricia Rivera, junto al periodista Claudio Pizarro, fundadores del nuevo Proyecto AMA (Archivo Memoria Audiovisual) para relatar cómo hacen desde el periodismo independiente una nueva forma de contar las historias.
Ambos equipos contaron su experiencia, pero sin antes tener un consenso en rechazar capítulos negros de la cobertura de medios como fue el caso del diario La Tercera que sin reportear publicó que eran “venezolanos y colombianos los responsables de los incendios del metro”, información que luego desmintieron. “Eso fue indecente y de un carácter gravísimo”, sostuvo el editor de Interferencia. Así como Claudio Pizarro consideró una mentira el uso de imágenes de archivos de Canal 13 para mostrar saqueos además de la “relación tóxica” con el poder cuando se desclasifica que un grupo de editores de prensa se reunió en La Moneda para pautear la agenda.
Interpretación más que opinión
Hace un año y medio Andrés Almeida fundó junto al periodista Víctor Herrero Interferencia, una apuesta periodística que apostó por la cobertura de la batalla diaria y la interpretación más que la opinión. Una fórmula que resultó durante este estallido porque han tenido en un mes más visitas que los meses de octubre, noviembre y diciembre del año pasado juntos, y eso responde a “que hemos interpretado el momento político y social y tenido momentos de lucidez como entender que la crisis era un problema de derechos humanos”, explica Almeida.
Al mismo tiempo, el trabajo en equipo de Interferencia ha sido de alta exigencia física, porque los hechos terminan tarde y son un equipo pequeño. Sin embargo, han golpeado en casos como el incendio en la fábrica Kaiser donde se descubrió que la persona fallecida presentaba disparos y el caso de las filtraciones de los Pacoleaks, que demandó un rigor desafiante por la institución misma.
Para Andrés Almeida reportear no ha sido fácil y ser valiente menos, en el primer toque de queda tuvo que ir a buscar un salvocoducto a una comisaría con bombas lacrimógenas que reventaban a cualquiera. “Con los militares en la calle se sabía que venía muy duro y fue intuir y encontrar una línea conectada con esa construcción de hechos, más el análisis para armar una pauta periodística propia”, señaló.
Según el Instituto Nacional de Derechos Humanos, INDH, la represión de Carabineros durante este octubre de 2019 suma 23 muertos, 217 personas con heridas oculares y 866 con disparos de perdigones, realidad que tocó la voluntad de dos académicos de la Escuela de Periodismo, Patricia Rivera y Claudio Pizarro. Ambos responsables del Proyecto AMA un Archivo de Memoria Audiovisual que cuenta las historias detrás de las imágenes del octubre rojo chileno.
Según Pizarro, este estallido lo pilló con ganas de proponer nuevas formas de observar y contar la realidad y la primera lectura que tuvo de las manifestaciones fue que existían muchas imágenes que se viralizaban en las redes sociales. ¿Qué hacer con esas imágenes? ¿Eran ciertas o falsas?, se preguntó.
“Somos el primer archivo que relata la historia desde las víctimas, eso es inédito en esta crisis social”, comenta el destacado periodista.
“Fuimos rápidos, sabíamos que las historias tenían que tener un monólogo testimonial que complementara la imagen de la violencia, más una cartografía, una estética y una ética que funcionaran como una sola cosa, de ahí un plano fijo, sin música”, señala la académica Patricia Rivera.
Proyecto AMA tiene 11 testimonios publicados en Instagram (proyecto_a.m.a) y en twitter @AmaPoyecto y continúa incorporando profesionales de diversas disciplinas de las ciencias sociales: publicistas, cineastas, periodistas, antropólogos, sociólogos, “porque no se puede seguir informando como se hacía en los ’90, necesitamos mezclarnos para mirar diferente”, concluye Patricia Rivera.
Ambos proyectos han marcado la pauta en cómo medios independientes usaron la libertad y los pocos compromisos publicitarios para hacer un periodismo que respeta a las víctimas y no se queda con la versión oficial.