Durante esta etapa de lanzamiento de nuestro nuevo sitio web, escríbenos tus dudas, consultas o comentarios al WhatsApp +569 3455 2723.

Decana Miriam Henríquez “Nuestra apuesta es un ejercicio del poder constituyente democrático e institucional”

En el encuentro tambipen participaron los panelistas Javier Couso de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales; Carlos Peña, rector de la UDP; y Enrique Navarro, Ex ministro del Tribunal Constitucional y académico de la universidad de Chile.  Modero Rodrigo Quintana, consejero y Presidente del Comité Contencioso Administrativo de Consejo de Defensa del Estado.

  • Compartir
  • Facebook
  • Twitter
  • Linkedin
  • Whatsapp

Miriam Henríquez destacó la oportunidad “única que vivimos de poder pensar en un proceso constituyente y en una constitución dada en el marco de un régimen democrático”.  A partir de esto, destacó que la suya es una mirada positiva, una mirada con expectativas, resaltando que este proceso constituyente tiene una particularidad:  la institucionalidad.

“El ejercicio del poder constituyente originario, teóricamente supone en principio, que se realiza desligado de todo límite.  Sin embargo, nuestra apuesta es un ejercicio del poder constituyente democrático e institucional, y esto supone que debamos pensar en una reforma de la constitución actual que nos permita transitar institucionalmente. Eso nos va a proporcionar la estabilidad que queremos para poder pensar en la dictación de una nueva constitución”.

Para la académica los objetivos del proceso constituyente son, por un lado, que la constitución tenga legitimidad, ya ya que según su opinión, se extraña de la constitución de 1980 que carece de legitimidad de origen. Por otro lado, se buscar hacer un esfuerzo para que la constitución tenga legitimidad en el contenido. “sea cual sea el contenido, éste debe dotar de mayor o menor legitimidad al nuevo texto”.

Derechos

¿Qué ventajas tiene que los derechos estén consagrados en una constitución?  Antes de responder esta pregunta, Miriam Henríquez definió los derechos, dentro de este proceso constituyente, como un acuerdo social respecto de un bien que estimamos valioso y que queremos que esté dentro de la constitución. “Que el derecho esté ahí previsto, lo dota de una mayor protección, porque lo dota de una mayor jerarquía, de una dificultad para su modificación y al mismo tiempo de eficacia directa”.

Sobre cuáles deben ser los derechos que estén en la constitución, Miriam Henríquez señaló que “un catálogo de derechos debe ser un catálogo completo, pero equilibrado, es decir, que tenga en cuenta nuestra tradición liberal, democrática y social y eso nos va circunscribiendo en qué podemos y cómo podemos pensar respecto de los derechos.  Si uno siguiera esa clásica distinción entre derecho civiles, políticos y sociales es probable que una alternativa es que mantengamos la lista de los derechos civiles y políticos, perfeccionándolos”.

La académica afirmó que los derechos sociales están devaluados en la actual constitución y que para cambiar eso, los debemos tratar como verdaderos derechos, y para eso “estos derechos debieran tener la misma estructura que tienen los demás derechos individuales, es decir, una clara definición de su titular, una clara definición de su destinatario y sobre todo de su contenido”.

Javier Couso, por su parte propuso una cuota de realismo ya que mientras no esté aprobada la decisión de una nueva constitución no tenemos nueva constitución. También planteó las siguientes interrogantes: ¿hasta dónde es evidente la vinculación entre una carta constitucional y el contexto histórico en que surge?  y ¿cómo la constitución da cuenta de los problemas de una determinada época? Por último, reflexionó sobre si es necesario o conveniente que la constitución refleje un determinado modelo de sociedad o de estructura económica del país, si es conveniente dejarla abierta para el libre ejercicio de los poderes políticos democráticos en que pueda promover o cambiar un determinado modelo de sociedad.

Enrique Navarro fue enfático al señalar que una constitución no se improvisa. y de esta manera hizo un recorrido histórico de la vida constitucional de nuestro país, finalizando con la constitución actual y las reformas que fueron muy importantes como la de 1989 y la 2005 que cambiaron la fisonomía de la constitución original. 

Carlos Peña invitó a tomar cierta distancia sobre este proceso y atender tres problemas. “Qué sentido le vamos a dar al actual proceso constituyente, mirando la realidad cara a cara y sin simplismos. Cómo vamos a concebir la constitución, como un conjunto de reglas imparciales para competir pacíficamente por el poder a sabiendas de que somos radicalmente distintos o como un acto de para constituirnos como una unidad que en algún nivel va a ser homogénea. Cómo vamos a concebir los derechos y qué espacio le vamos a dejar a órganos autónomos, que en el fondo es restar a la política democrática aspectos de la vida en común”. 

 

Noticias Relacionadas