Una de las situaciones más destacadas en el sistema tributario actual es que las exenciones tributarias son la enfermedad que produce la mala distribución de la riqueza. Si nos enfocamos en una reforma a las exenciones tributarias las recaudaciones pueden superan por mucho lo que se espera recaudar por el Impuesto a los Súper Ricos.
A octubre 2019, las exenciones tributarias se estimaban en US$ 9.000 millones, y su reforma provocaría un nivel de impacto más efectivo que la especulación en torno a lo que realmente se logre recaudar del impuesto a los súper ricos.
Una segunda alternativa, respecto al Impuesto a la Renta ya aprobado, establece un 40% de tasa o impuesto a las rentas superiores a los $15.000.000 mensuales; esto podría mejorarse y establecer en un 43% de tasa para un tramo de ingresos superior a $18.000.000 mensuales promedio”. Éstos serían ingresos constantes todos los años, que apoyarían a la distribución regional de los recursos. Recordemos, que se estima que cerca de dos tercios de las rentas más altas se concentran en la Región Metropolitana.
La verdad es que Chile necesita más distribución de la riqueza y un proyecto de crecimiento para el futuro después de la pandemia. Pero el impuesto al patrimonio de los súper ricos, para ser efectivo, se debe concentrar en patrimonios de más fácil fiscalización, ya que con esto se logran sortear los obstáculos que finalmente provocarán una difícil aplicación de este nuevo impuesto.
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