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Director del Centro Vives se refiere a distintos conflictos que subyacen en la Araucanía

En entrevista en la radio Cooperativa, Nicolás Rojas Pedemonte, profundizó del origen de la violencia en la macrozona, citando investigaciones publicadas por el centro en los libros “La Resistencia Mapuche […]

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En entrevista en la radio Cooperativa, Nicolás Rojas Pedemonte, profundizó del origen de la violencia en la macrozona, citando investigaciones publicadas por el centro en los libros “La Resistencia Mapuche y el Estallido Social en Chile” y “De la Operación Huracán al Comando  Jungla”

 

“Evidenciamos territorios golpeados por  la violencia histórica, violencia estructural, donde  el Estado no cumple con su rol garante de condiciones básicas. Hay niveles de exclusión dramáticos en el territorio mapuche, sumado a la violencia policial creciente en últimas décadas, estamos viendo un proceso de radicalización hace ya unos años, tanto del repertorio de protestas del movimiento como de la gestión del estado en este conflicto” Expresó en entrevista en radio Cooperativa, el director del Centro Vives de la Universidad Alberto Hurtado, Nicolás Rojas Pedemonte, analizando  las distintas dimensiones de esta histórica resistencia.

 ¿Hay un sólo conflicto en la macrozona mapuche o diversos? Preguntaron los periodistas Verónica Franco y Sergio Campos al director del Centro Vives, queriendo comprender la violencia creciente que caracteriza a este conflicto:

Al menos, hay tres realidades territoriales, está el conflicto principal en la Provincia de Arauco, que es el que tiene la  mayor cuota de violencia, asociado al extractivismo forestal. Tenemos otra realidad que es mixta, que se aloja en Malleco, Collipulli y Ercilla, donde hay conflicto contra las empresas forestales y también hay grandes latifundios presentes en este territorio, que tensiona la relación de los agricultores y las comunidades y una tercera realidad es lo que ocurre al sur de Temuco, donde el conflicto es altisonante, situación muy dramática, a nivel cualitativo, que tiene una raíz más bien colonial , que está alojado en las relaciones entre vecinos, hay un problema de convivencia, entre agricultores chilenos europeos con comunidades, existe una histórica relación entre despojo territorial e inquilinaje. Es la realidad territorial que los medios suelen mostrar y que sólo da cuenta de una parte específica del conflicto.

En la misma entrevista a radio Cooperativa, realizada la mañana del lunes 31 de mayo, se profundizó sobre cómo el Estado Chileno ha manejado este conflicto, el periodista Sergio Campo, se refirió a los múltiples intentos de diálogos que se habían realizado, desde el retorno a la democracia, pero ninguno había dado fruto, reflexionaba el conductor del Diario de Cooperativa: “Han existido distintas instancias de aparente diálogo, el que ha dado frutos concretos es el llamado Nuevo Trato,  donde  el Estado Chileno  hace un mea culpa respecto al Pueblo Mapuche, dejando ver muy claro cual es la deuda histórica, sin embargo, el resto de las  instancias  y esa misma, muchas veces se han quedado en el papel y en la mayoría de los casos han sido diálogos bastante artificiosos y no entre los implicados en el conflicto, se suele reunir el gobierno más bien con los actores más dóciles del territorio” explicó el también, uno de los  autores de la publicación, “La Resistencia Mapuche y el Estallido Social en Chile”.

¿ La Convención Constitucional podría dar la clave para encontrar un camino de salida a esta dolorosa realidad? Preguntó la periodista Verónica Franco al Director del Centro Vives:

Las instancias de participación y canalización institucional son una alternativa y que han sido demandadas históricamente por el mismo Pueblo Mapuche y abre posibilidades para la reconstrucción de la paz en el territorio. Sin embargo,  no todo el Pueblo Mapuche se siente representado por esta instancias, los actores implicados en esa lucha cotidiana en el territorio no son convocados para estos diálogos. Hay visiones discrepantes, estamos hablando de un pueblo nación, con distintas demandas territoriales, la organizaciones más subversivas es necesario considerarlas. Hay distintas organizaciones que están dispuestas a participar de un diálogo abierto en la medida que se consideren las demandas políticas del movimiento, por  territorio  y por la autodeterminación, como también lo ha postulado la Coordinadora Arauco Malleco.

Por su parte la Coordinadora Arauco Malleco, más conocida como CAM -expresa Verónica Franco- ha seguido avanzando con la recuperación de bosques. Sin embargo, no necesariamente este grupo, pero si hemos sido testigos de la presencia de armas automáticas de alto calibre y la presencia de narcotráfico en la Macrozona ¿En qué punto está esto?

La complejidad hoy radica en cierta mercantilización del conflicto, que tenemos en los distintos territorios, por un lado en la provincia de Arauco, producto de esta arremetida empresarial liderada en su momento por el ministro Alfredo Moreno, en que la empresa Forestal Mininco le ha ofrecido trabajo e incentivos económicos a comunidades, una suerte de clientelismo y paternalismo, lo que ha desatado tensión dentro de las comunidades y tenemos allí una lógica mercantil. Por otro lado, en Malleco, Collipulli y Ercilla podemos ver que aparentemente se ha desatado conflicto en torno a la plantación y producción de marihuana. Allí se ha desatado un conflicto entre productores que en muchos casos son chilenos y en otros también mapuche, en torno a este negocio.

Finalmente, expresa el director del Centro Vives, que el conflicto histórico que ha estado atizado por la violencia policial, despojo territorial y  el racismo, hoy se le suma el negocio de la  madera y  la marihuana, agudizando estas tensiones: “Pienso que es un tema tremendo para enfrentar en la constituyente e invitó a la políticos a dejar esta arremetida represiva y propiciar caminos de diálogos” enfatizó Nicolás Rojas Pedemonte.

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