En un país sudamericano que desde al año pasado está envuelto en una de las crisis políticas más bulladas del Continente, estar y registrar el pulso de su gente y de sus autoridades es un privilegio para cualquier estudiante chileno que estudia una carrera donde las leyes son claves en el orden social de toda nación. Hablamos de Brasil, la potencia que fue la casa de los Juegos Olímpicos, pero también el que enjuicia a su presidenta Dilma Rousseff.
Ahí estuvo el hurtadiano Francisco Vitta junto a un grupo de estudiantes de derecho de la Universidad Alberto Hurtado que viajaron a Brasil para ser parte de un programa de intercambio que comprendía realizar un semestre en la Universidad de Brasilia, cursar asignaturas en la Facultad de Derecho, más una pasantía en el Supremo Tribunal Federal, máximo órgano del poder judicial de dicho país.
Francisco Vitta aceptó el desafío y pudo conocer diferentes órganos que integran el poder judicial y además, desarrollar un proyecto de investigación que luego se transformó en un artículo que se encuentra publicado en el sitio web del tribunal mencionado.
¿Qué aprendió? Pudo conocer el histórico proceso político que se vive en dicho país, pudiendo ver en primera persona las reacciones de la sociedad frente al impeachment sobre la presidenta Dilma Rousseff, aprender de la abundante cultura brasilera y compartir con su maravillosa gente. “Brasil es un país que se diferencia en muchos aspectos de Chile, ya sea por su organización político-administrativa, su poder judicial, su legislación, la forma de ser, sin embargo, lo curioso fue descubrir que pese a las diferencias, tienen problemas que son compartidos por muchos países de la región: desigualdad, injusticia y sobre todo corrupción”, señala.
Francisco estuvo seis meses y como joven debió sortear la organización de su vida cotidiana en un país distinto, con un idioma diferente y comprender el funcionamiento de un tribunal extranjero: “Aprender una lengua nueva fue una experiencia increíble, que me encantaría que otros pudieran realizar, ya que desde fuera se miran las cosas desde otra perspectiva”, señala.
Ya de regreso a la Universidad Alberto Hurtado este joven puede decir que las expectativas de su intercambio fueron superadas con creces, ya que tanto en el ámbito académico como personal obtuvo más de lo que esperaba, reconoce. “Para mí, fue una experiencia 100% recomendable, porque me permitió conocer otras formas de aprendizaje, poder profundizar en los contenidos de la profesión y por sobre todo, vivir experiencias que hacen crecer como persona”.
Reconoce además el apoyo brindado por la Universidad Alberto Hurtado tanto en la tramitación de este viaje académico, en los aportes que le permitieron financiar su estadía en el exterior y en que nunca perdieron el contacto con él. “Siempre estuvieron atentos a mis inquietudes y a las dificultades que me surgían. Sin duda siempre me sentí respaldado, apoyado y agradecido”.
-¿Cómo te enteraste de este intercambio?-
-Me enteré del programa de intercambio en Brasilia por la propia facultad, ellos me dijeron detalles de los programas de perfeccionamiento. También fue importante las experiencias que compartieron compañeros de la carrera que ya habían realizado el intercambio y que me recomendaron la experiencia. Fue así como junté los documentos necesarios y postulé y fui aceptado junto a dos compañeras.
La vida académica de Francisco Vitta ha tenido de altos y bajos, sin embargo este intercambio se suma positivamente a su currículo. Como cuenta él estudió derecho porque quería algo humanista y difícil, que le exigiera esforzarse y potenciar sus habilidades. “Mis primeros años en la Universidad y en la facultad fueron un poco complejos, ya que tuve que adaptarme a la vida universitaria y a un nuevo nivel de exigencia, lo que sin duda pude conseguir a partir del tercer año de la carrera, donde comencé a realizar cursos que captaron mi atención e interés”, recuerda. Por lo demás por su dedicación logró mejorar las notas notablemente, lo que lo llevó a dos veces recibir el Premio de Excelencia académica que entrega la Facultad de Derecho. Sus notas y dedicación académica suman a la hora de postular a los intercambios y a los futuros estudios de postgrados que quisiera hacer. Francisco lo sabe y por eso sigue su ruta de responsabilidad permanente.