La pandemia mundial producida por el Covid – 19, ha desatado diversas problemáticas y transformaciones en torno al quehacer docente. En entrevista con distintos/a egresados/as de la Facultad de Educación y de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Alberto Hurtado, Alumni UAH, pudo conocer sus experiencias y realidades.
Gastón Carrasco, egresado de Pedagogía en Lengua y Comunicación (2013) y docente de la UAH, señala que realizar clases online se presenta como un gran desafío, “obliga al docente a mantenerse actualizado y a revisar y revisitar sus prácticas pedagógicas. Al mismo tiempo, es una forma de desmantelar el analfabetismo digital, tanto del docente como del estudiante, lo cual lleva a ambos a trabajar conjuntamente en descubrir y utilizar todas las potencialidades de las nuevas plataformas y recursos digitales para la educación”.
Además, Gastón también menciona la importancia de conocer el contexto social de los/as estudiantes, ya que contar con la materialidad mínima para ser parte de una clase remota, obtener el material y/o poder relacionarse de manera con el/a docente, requiere de diversos esfuerzos económicos por parte de los/as alumnos/as y familias. “Todo esto implica revisar los programas, la organización curricular, los objetivos de los cursos. Es necesario redireccionar todo (…). Esto implica también flexibilizar las evaluaciones, los criterios, las fechas. Todo es negociable y la vida no se va en una entrega. Lo primero es la salud mental, emocional y espiritual, si se quiere”.
Monik Do Prado, Alumni UAH, nos señala la necesidad de transformación ante la contingencia, ya que solo en un par de semanas, debieron modificar el sistema educativo. “El primer gran desafío para mí fue coordinar los tiempos entre las clases, preparar material y mi tiempo personal, en un inicio fue una disposición al trabajo 24/7. El siguiente desafío sería más difícil, utilizar plataformas virtuales con las que no tenía experiencia o no recordaba, porque no había sido necesario utilizar antes, ir aprendiendo en el camino y por sobre todo, no tener contacto directo con los estudiantes fue muy complejo desde un punto de vista emocional, se extraña verlos y conversar (…)”.
La egresada relata que, junto a los desafíos mencionados, también existe un gran proceso de aprendizaje; conocer nuevas herramientas y prácticas, las cuales permiten lograr un trabajo colectivo entre los/as estudiantes y los/as docentes. “Desde mi experiencia en esta práctica virtual, creo que es importante entender que un encuentro virtual no reemplazará un encuentro presencial, suena obvio, pero a veces nos exigimos demasiado intentando lograr que sea lo más parecido y no es así, es diferente y supone estrategias distintas. Por otra parte, es importante fijar horarios de trabajo, necesitamos desconectarnos, tenemos que proponernos apagar el pc en un horario específico y hacer otra cosa. El trabajo exige, pero nuestra vida personal y salud también”.
Por último, Macarena Rojas, Licenciada en Educación, egresada de la Facultad de Educación de la UAH (2013), docente y Coordinadora Académica de la carrera de Pedagogía en Lengua, relata que el trabajo en equipo es primordial en la virtualidad, ya que es un ejercicio que enriquece y fortalece la relación docente/estudiante. “Todas las conversaciones y reflexiones se hacen a partir del contexto, pues así es el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es más, al comenzar las clases, nos damos un tiempo para saber cómo estamos y comentar los últimos acontecimientos, esto, nos da el pase para comenzar la conversación sobre temáticas desde la ética y la moral, nos falta tiempo para conversar”.