Soy Andrés Cornejo, egresado de Pedagogía en Matemática, 2016…
Cuando egresé de la Universidad Alberto Hurtado, decidí, directamente, buscar trabajo en un colegio municipal. Fui aceptado al inicio de marzo. Estaba muy entusiasta de partir como profesor profesional, lograr implementar y explorar todo lo que este trabajo conlleva; enseñar a otros y aprender de vuelta, vincularse con los equipos del colegio, poder apoyar activamente y seguir observando la educación matemática desde una mirada crítica.
¿Cómo sientes que fue tu paso por la UAH? ¿Recuerdas algo en especial?
Me sentí muy desafiado y participativo durante buena parte de la carrera. En lo personal, tenía muchos conocimientos incompletos o faltantes, pero logré comprender y aprender mucho, en especial con los ramos didácticos de la matemática y los pedagógicos, con un enfoque crítico y reflexivo de nuestra labor educativa. Lo participativo tuvo que ver con que la carrera en su entonces era muy nueva (solo con 2 generaciones de estudiantes), por lo que requería organización para “mostrarse” y colaboración en actividades de seminarios o talleres.
Entre los muchos recuerdos, me llegan, fuertemente, las juntas de compañeros y compañeras (ahora colegas) para estudiar o discutir los ramos, pruebas, informes y clases, ya que en este año se ha notado la gran importancia de socializar las buenas prácticas como también las dudas o inseguridades que se tiene en la enseñanza. El apoyo fraterno marca potentemente en uno y el resto.
¿Cuáles son las herramientas y/o saberes que te diferencian en el mundo laboral por el hecho de haber egresado de la UAH?
Reconozco, principalmente, la estructura y estudio de didácticas matemáticas en las diferentes áreas de la asignatura, ya que me ha permitido planificar en referencia a elementos como los errores u obstáculos de la enseñanza de contenidos, uso de representaciones para tener una dimensión más completa de los mismos, considerar ejemplos de secuencias didácticas estudiadas para exponer un objetivo y así, otros temas. Creo que se podría resumir a un manejo o conocimiento dirigido en la observación y reflexión de la enseñanza que uno imparte, queriendo siempre mejorar en pro de los/as estudiantes como de la labor personal.
¿En qué te desempeñas profesionalmente hoy y cómo has enfrentado el contexto actual (COVID – 19)?
Continúo trabajando como profesor de matemática, en un colegio municipal de Ñuñoa y con cursos de octavos, séptimos y un nivel que no había trabajado antes, sexto básico. El impacto de la pandemia no dejó indiferente a nadie y como colegio tuvimos que saber lidiar con todo esto, en forma personal y profesional, con el foco en que la comunidad escolar pudiera continuar su educación en forma remota, sumado a la contención emocional de los primeros meses.
Mirando el trabajo con los y las pares, creo que hemos sabido apoyarnos emocional y laboralmente, para lograr un “aprendizaje” competente, sin ser exigentes y también efectivos. Por último, considerando el enorme desafío que significó este año enseñar a nuestros/as estudiantes, quisiera reconocer que la colaboración y profesionalismo que he recibido de colegas en diferentes asignaturas, ha permitido formarme en varios aspectos y con la lección de que este trabajo debería ser siempre en vinculación con otros.
¿Cómo te proyectas en unos 5 años más profesionalmente?
Espero que estudiando por lograr o haber logrado un diplomado o magister relacionado a la educación matemática. Siento que puedo y debo seguir estudiando temas de didáctica para fomentar una enseñanza más significativa con la asignatura e intentar quitarle la imagen de “puros cálculos” y “fórmulas” a los jóvenes. Por otro lado, tal vez más ambicioso, vivir la experiencia de jefe de departamento, en consideración de las múltiples tareas que se pueden elaborar, discutir y reflexionar entre colegas, para seguir mejorando la práctica de la enseñanza matemática.