Fuente: Revista Arte al límite
Parafraseando a Diana Tylor, ¿por qué seguimos pensando que necesitamos viajar y gastar petróleo, invadir el espacio animal y todo ese tiempo para comunicarnos? No había pensado que sencillo sería entrevistarla directamente, pero claro, ahora con las videollamadas pareciera ser que el otro lado del mundo se encuentra en nuestra pantalla.
En esta entrevista conversamos sobre “Presente”, su último libro editado por Ediciones Universidad Alberto Hurtado en Chile. Lanzado en plena pandemia, en el que habla sobre el “estar presente”, desde el arte, la política, la educación y, por supuesto, desde la performance. Además explica cómo ha vivido la pandemia y qué ha podido ver a su alrededor de su hogar, sobre el comportamiento y sobre nosotros, los seres humanos.
¿ Cómo has vivido la pandemia desde tus múltiples facetas y trabajos desde lo académico, lo pedagógico, la investigación sobre las artes y la performance? Y, a partir de ese contexto, ¿cómo y por qué nace el libro “Presente”?
Si, bien mira. La pandemia me tocó aquí, en Nueva York. Estuve encerrada en el departamento un buen rato y fue muy impactante porque, por una parte, miraba hacia la calle y todo estaba silencioso. No había nada, la ciudad de Nueva York se quedó paralizada totalmente. De repente comenzó a morir muchísima gente acá, los trabajadores eran los más vulnerables, la gente que estaba en empleos de diferentes tipos de servicios, llevando comida a casa, trabajando en tienda, enfermeros, enfermeras, comenzaron a morir a un ritmo espantoso. Aquí se veía que estaba todo fuera de control y que también la gente más vulnerable era la que estaba muriendo. Entonces, comenzó algo muy bonito. Á las 7 de la noche, todos en Nueva York abríamos las ventanas o salíamos al balcón para tocar cacerolazos, fue una cosa tremenda. Era para darle gracias a la gente que estaba cuidando a los enfermos. Especialmente, enfermeras, doctores, etcétera. Fue como un signo dentro de tanta quietud y una respuesta casi universal aquí, en la ciudad, donde todo el mundo salía a tocar las cacerolas. Eso fue muy impactante, el activismo que perdura cuando parece que no hay movimiento…
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