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Paola Venegas, estudiante Magíster en Literatura Latinoamericana: “El magíster aporta una visión crítica muy importante”

Paola Venegas entró al Magíster en Literatura Latinoamericana el año 2018, en el que ha trabajado su tesis en el marco del proyecto Fondecyt: “Perspectivas ampliadas: formas de vida, comunidad y poética en las narrativas contemporáneas en Chile, México y Argentina”, junto a la académica Constanza Vergara. Venegas comenta su tesis, el trabajar bajo el alero de un fondo Fondecyt y el aporte académico y personal que ha significado el magíster para ella.

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Por: Martín Oyarce

 

Paola Venegas entró al Magíster en Literatura Latinoamericana el año 2018, en el que ha trabajado su tesis en el marco del proyecto Fondecyt: “Perspectivas ampliadas: formas de vida, comunidad y poética en las narrativas contemporáneas en Chile, México y Argentina”, junto a la académica Constanza Vergara.

Venegas comenta su tesis, el trabajar bajo el alero de un fondo Fondecyt y el aporte académico y personal que ha significado el magíster para ella.

¿Por qué elegiste el Magíster en Literatura Latinoamericana de la Universidad Alberto Hurtado?

Estudié Licenciatura en Lengua y Literatura en la misma universidad, así que ya conocía un poco el magíster desde el pregrado. Fue al primero que me acerqué principalmente porque conocía a todos los profesores que estaban en la malla curricular. Tenía un acercamiento más bien emocional con todos los docentes.
¿Cuál es el tema de tu tesis? ¿En qué está enfocado?

En el pregrado hice mi tesis sobre el rol femenino y la literatura femenina, y en el postgrado seguí esa misma línea. En este caso sobre la teoría de los afectos en las últimas novelas de Lina Meruane. Ella interpreta los cuerpos, los cuerpos femeninos enfermos, que también me interesaba bastante.

¿Qué te llevó a escoger ese tema?

Comenzó por un tema personal. Descubrí a Lina Meruane en el postgrado, porque no había leído nunca sus novelas, pero también me interesó porque la trabajamos mucho en el magíster. En el electivo de María Teresa Johanson, en su contenido entraba literatura femenina, donde trabajamos la teoría de los afectos y la materialidad. Nos enfocamos en qué puede decir el texto, no solo lo literal que es contar una historia, es decir de qué formas se trabajan los cuerpos en el texto, sobre todo cuerpos femeninos enfermos. También tuve la experiencia de vivirlo con la pandemia y el estallido, que me permitió volver a pensar mi tesis. Si bien había terminado mi tesis en el primer semestre de 2019, todo este contexto me ayudó a bajar la tesis a una cuestión también social.

Tu tesis se enmarca en la contingencia.

Muchísimo. Me di el tiempo de proyectar e incorporar el tema del cuerpo. Lina Meruane tiene una novela que se llama ‘Sangre en el Ojo’, que es muy potente y puede dársele una vuelta en relación con el estallido social, con estos cuerpos atravesados por el dolor y la tragedia. Una tragedia también política, estatal. Volver a retomar mi tesis y darle esta vuelta social fue potente. Fue bajar la teoría, que suele quedarse en el aire.

Tu tesis se enfoca en cuerpos de mujeres enfermos en Latinoamérica, ¿cómo la vinculas con lo aprendido en el magíster?

Tiene que ver con la forma en la cual viven y se trabajan los cuerpos en la literatura latinoamericana, que es muy diferente a lo que se trabaja en la literatura europea en general. Hay acá todo un tema con los pueblos indígenas y con el rol de la mujer, sobre todo en la literatura colonial. Pero lo que yo aprendí, con lo que trabajé, es de qué forma hablar de este cuerpo femenino desde los márgenes, de qué forma volver a poner en discusión el tema de los cuerpos femeninos. El cuerpo femenino siempre se trabaja desde una perspectiva patriarcal, pero ¿de qué forma darle una visión crítica? ¿De qué forma volver a ponerlo en discusión desde la teoría de los afectos? Las asignaturas que imparte el magíster me ayudaron mucho en esa perspectiva crítica. Lo que se ha dicho no es lo último, se puede seguir trabajando, cuestionando la teoría. Con todo lo que pasó, el tema de trabajar los cuerpos desde las literaturas post pandémicas femeninas va a ser muy interesante. Estoy expectante en esta proyección de lo que me encontraré a partir de ahora con lo que estoy trabajando, el releer esas formas de los síntomas, de qué forma habla el cuerpo.

Trabajaste tu proyecto de tesis con un fondo Fondecyt…

Constanza Vergara, que fue mi profesora de tesis tanto en el pregrado como en el postgrado, y Betina Keizman, que es la directora del magíster, tenían este Fondecyt y avisaron a varios de los alumnos para ver si les interesaba, porque tenían cupos para que parte del postgrado participara. Yo postulé y luego se hizo toda la conexión.

¿Qué valor ves en este fondo?

Es un valor agregado obviamente material, porque te entregan un monto para que puedas acceder a libros y a lo que te haga falta para hacer tu investigación. También es un respaldo académico, donde eres parte de un proyecto más grande. Puedes conectar también con otras personas que quizás no están trabajando los mismos temas, pero hay enfoque en Latinoamérica, como literatura chilena, mexicana, argentina o de ciertas décadas. Hay una conexión con otros alumnos con intereses académicos parecidos. Teníamos reuniones y compartíamos lecturas. Hay una red, se trabaja en grupo el proyecto de tesis.

Aportó también en sentir que la misma profesora que está guiando tu tesis está trabajando en otros aspectos que pueden ayudar y alimentar tu tesis. Por ejemplo, Constanza Vergara se especializa mucho en cine y en teoría de los afectos, entonces me decía “mira puedes leer estos paper, te pueden servir”. Si bien uno trabaja una tesis de forma solitaria, porque uno mismo debe buscar un hilo conductor de lo que quiere profundizar, el Fondecyt también permite conectar con esta red docente y otros alumnos.

¿De qué forma Constanza Vergara y otros profesores aportaron a la realización de tu tesis?

Las reuniones que yo tenía con mi profe guía juegan dos papeles. En lo académico, que es guiarte, Constanza me decía “este tema puedes trabajarlo un poco más”, “que te parece si editas esta parte aquí”. Es una visión de la tesis por parte de la profesora. También está el aporte con las lecturas. Constanza tiene un bagaje intelectual tremendo, entonces me ayudaba en los libros y ensayos a revisar para profundizar en el tema de mi proyecto. También hay un gran apoyo emocional, de sentirse respaldada. Para los que hemos estado trabajando en este contexto de pandemia y estallido social fue muy chocante, porque estábamos con una gran presión emocional, y al menos a mí me era imposible centrarme en lo que quería escribir y hacer. Había un apoyo emocional. Ante esto los profesores decían “hace una pausa, de verdad. No tenemos un plazo muy establecido, así que relájate y tómate el tiempo que necesites y luego continuamos con la tesis”. Por mi parte tuve una pausa de casi cinco meses y luego retomé mi tesis, porque de verdad era imposible trabajar en este contexto.

¿Qué materia o contenido destacarías del magíster?

En el magíster tuvimos la suerte de trabajar literatura femenina, y eso es muy importante. Ver literatura femenina de los denominados hijos de la dictadura es importante, porque se trabajan temas de género, teoría de los afectos y corporalidad. Es un programa muy apegado a lo social, a lo que está pasando, a las teorías que se están trabajando actualmente. También trabajamos literatura mexicana, que no trabajé en pregrado y que aprendí muchísimo en el magíster, como también literatura brasileña. Tenemos una gran variedad de ramos que nos permite acercarnos a literaturas de sectores puntuales de América Latina. Es muy importante.

La literatura latinoamericana es una entrada a lo político, a experiencias dolorosas de la política. Hay muchísimas posibilidades de estudio de la literatura latinoamericana de los cuerpos, enfermedades, traumas y lo político.

¿Recomendarías este magíster a otras personas interesadas?

Sí. Principalmente porque tiene una visión crítica que es muy importante y que está muy vigente. Desde los textos, pensar qué estamos leyendo, de qué forma lo vamos a leer y cómo lo podemos trabajar. Es cuestionar la teoría, porque no está escrita para no ser cuestionada. Al contrario, está escrita para volver a releerla, destruirla y volver a reescribirla. El magíster aporta esos recursos para también ayuda a construir un diálogo con los libros, con la literatura que se trabaja. Es una retroalimentación. Es un magíster vigente.

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