Por Carmen Sepúlveda
Ilusión Viril es una fundación creada por el psicólogo de la UAH, Pedro Uribe en abril del 2018, un mes antes del movimiento feminista chileno. Este hito junto a la marea verde argentina instala en él nuevas preguntas: ¿En qué estamos los hombres y las masculinidades? ¿De qué manera estamos respondiendo ante este momento de cambio cultural y transformaciones radicales en todos los campos discursivos? ¿Estamos los hombres y las masculinidades pudiendo responder ante estos desafíos? ¿Cómo promover que los hombres tomemos un rol activo ante todo lo que acontece, en especial, en un territorio donde el patriarcado arremete con violencia? Desde esas primeras preguntas han pasado cuatro años, y hoy puede decir que su idea se convirtió en una gran comunidad de personas que reflexiona y trabaja teóricamente el cambio cultural sobre las diversidades, a la que se suma una red de activistas y seguidores que sobrepasan los 50 mil.
– Además del contexto social como clave para entender la fuerza de este proyecto: ¿Qué te pasó a ti en ese momento? –
-Este proyecto surge desde la frustración porque me di cuenta que lo que estudié en Barcelona era muy difícil de aplicar en Chile, y porque el tema de la masculinidad, que era mi especialidad, estaba tomado desde lo académico. Entonces pensé que las redes sociales eran una plataforma apropiada para abrir un espacio de divulgación de lo que estaba haciendo y creé el Instagram “Ilusión Viril”, al mes surgió la evolución de las feministas chilenas y me puse en contacto con las dirigentes de los centros de estudiantes y con los colectivos de género. Ese movimiento catapultó lo que de alguna manera venía haciendo, que era crear contenidos educativos a través de redes sociales sobre la prevención de la violencia de género.
-El feminismo parte y continúa siendo una lucha desde las mujeres: ¿Qué pasa con la voz masculina?
-Estamos en eso, viviendo una transformación cultural. Si bien los logros en los últimos 50 y 100 años de la incorporación de la mujer en el mundo del trabajo y en el universitario, no habían ocurrido antes en la historia, son procesos lentos. Estamos rompiendo barreras de acceso de las mujeres, por ejemplo, con la constituyente tenemos paridad, pero son acciones sustantivas pequeñas que lo que hacen es tratar de reparar inequidades históricas, sociales y políticas. En realidad, estamos emparejando la cancha y evidentemente surge el tema de la violencia de género, que es lo principal que nos compete a los hombres, ahí aparecemos porque somos quienes la perpetramos.
– ¿Cuánto complica a los hombres que las mujeres estemos hoy en espacios que eran sólo de ellos? –
-Por primera vez vemos que las mujeres están accediendo a los espacios donde el hombre era el protagonista y eso hace que nos encontremos con choques en las universidades, en la política, en las relaciones de poder, esos conflictos se dan porque por primera vez tienen protagonismo. Hoy las mujeres que trabajan en empresas piden ganar lo mismo, en la minería recién se están incorporando y exigen equidad, evidentemente hay conflictos y una de las maneras que hemos desarrollado los humanos es el diálogo: tú me compartes lo que te complica y lo que te asusta y me dices lo que encuentras injusto. Entonces, eso hace que los hombres que históricamente hemos producido violencias hacia las niñas, mujeres y disidencias, tengamos estas problemáticas y requerimos dar respuestas tanto individuales como colectivas, institucionales y políticas, y eso es lento. Y si a nivel estatal no hay una política nacional de trabajo con masculinidades no llegamos a puerto.
– ¿Quiénes están detrás de Ilusión Viril? –
-Somos un equipo de trabajo de tres personas y una red de activismo que son entre 25 a 30 entre hombres y mujeres. Participan porque les parece que la prevención de la violencia es importante y sobre todo les interesa promover masculinidades igualitarias, hombres que apuestan por la igualdad de género que quieren comprometerse con erradicar la violencia machista. Son personas de todas las profesiones, de distintos orígenes, de diversas nacionalidades, de todos los géneros y de distintas orientaciones sexuales.
– ¿Cómo trabajan? –
-Trabajamos especialmente en tres ejes: el primero es la formación, que apunta a desarrollar competencias teóricas a través de cursos on line, talleres, charlas, capacitaciones, formaciones y el diplomado que presentamos este año. Luego está la línea de reeducación, que son acciones especializadas en hombres y masculinidades para repensar el ejercicio de la masculinidad y cómo se reproduce o no esta violencia de género, estos espacios son abiertos a la comunidad, pero son sólo para varones. Y el tercer eje es salud mental, ahí hemos hecho grupos terapéuticos y de atención psicológica individual para varones, con mirada de perspectiva de género.
-El diplomado Masculinidades y perspectiva de género es virtual e internacional: ¿Lo hiciste con alguna institución universitaria? –
-No lo hicimos con una universidad por la burocracia que implica. Este diplomado es una apuesta nuestra y además es internacional con la mitad de los docentes de otros países, eso enriquece al diálogo. Participan doctores y doctoras de diversas disciplinas: médicos, abogados, tenemos a una artista visual, a un bailarín, a antropólogas, psicólogas, sociólogas.
– ¿Desde la filosofía la palabra ilusión se entiende como algo que se cristaliza de manera lejana como el amor: ¿Tiene algo que ver esa idea con el nombre de la fundación? –
– Claro, ilusión es algo poético, algo que quieres aspirar, algo que es difuso y que no sabes muy bien hacia dónde va. Ilusión Viril es una frase que extraje del texto “La dominación masculina” de Pierre Bourdieu, que es un clásico sobre el tema de las masculinidades y que desarrolla el concepto de demostrar incansablemente al resto cuán viril eres, y por eso es una ilusión, porque ningún hombre logra dar la talla, ninguno logra equilibrar su vida con el trabajo, producir la suficiente plata, seducir a infinitas personas, o sea, ninguno logra finalmente esos estereotipos y no damos abasto. Por eso es una invitación a repensar ese concepto y ojalá desmontar también esos patrones que nos dañan y limitan nuestras posibilidades de desarrollo.
-Y en esta nueva manera de entender la masculinidad: ¿Qué es ser hombre hoy o qué debemos entender como tal? –
-Lo primero es reconocer que no sabemos y probablemente nunca lo sepamos, porque siempre el concepto ha estado lleno de categorías y atribuciones principalmente biológicas. Creo que muchas de las concepciones que hemos cargado históricamente, y también las explicaciones a partir de lo científico, son insuficientes. Para mí la cultura debe entrar en cualquier ecuación social y científica de lo que somos y cómo se transforma gracias a los avances, a los problemas y a los conflictos que enfrentamos, por eso la pregunta ¿Qué es ser hombre hoy? No puede ser respondida. Para mí es relevante pensar en qué tipo de acciones queremos promover los hombres para dar respuestas a múltiples tensiones desde la escasez hídrica, los problemas socioambientales, la desigualdad social, la migración y la violencia machista. Para mí el género naturalmente se está preguntando por el poder y quiénes lo concentran; en estos dos años de pandemia los millonarios del mundo multiplicaron sus fortunas y nadie problematiza a ese grupo de personas, pero sí es problemática la pobreza.
– ¿Y qué proponen para abordar la violencia machista? –
-Nuestra apuesta es que el abordaje del conflicto debe ser colectivo, el hombre que golpea a su pareja es un problema grave, pero seguir pensando que es un conflicto privado o que los hombres son malos, y no comprender que supera el problema moral, es no entender. La violencia de género es un problema político y mientras se siga individualizando jamás vamos a poder dar respuestas antes de lo que se requiere.
Para saber más y postular al diplomado o informarse de los encuentros, foros y charlas puedes visitar https://www.ilusionviril.org/ o el Instagram @ilusionviril. El próximo 13 de junio. Pedro Uribe dará la primera Masterclass sobre Masculinidades e igualdad de género, invitado por el programa “Buenas prácticas laborales con equidad de género” del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género.