El pasado 13 de septiembre se llevó a cabo el conversatorio en torno al libro «Homoerotismo, sociabilidad y discreción» de Juan Cornejo y publicado por Ediciones UAH. Moderó la discusión Felipe Armstrong, académico y coordinador de la colección de Antropología de la editorial. En ella participaron Juan Carlos Skewes, antropólogo y académico UAH; Daniela Cápona, actriz y académica de la Universidad de Chile; y Juan Pablo Sutherland, doctor en literatura, escritor y activista LGBT+.
Juan Cornejo, el autor, es doctor en Estudios Americanos y doctor en Ciencia Política. También es magíster en Antropologías Latinoamericanas, programa que imparte la UAH. De hecho, su libro «Homoerotismo, sociabilidad y discreción» consistió en su trabajo de tesis: una observación de campo que desentraña cómo los antiguos encuentros fortuitos en baños turcos derivaron a los saunas gay, que hace más de 30 años son en Chile un espacio ligado a la homosexualidad masculina.
Para Felipe Armstrong, académico y coordinador de la colección de Antropología de Editorial UAH, «es un tremendo orgullo contar con esta investigación, porque es muy interesante en cuanto a la metodología que emplea». En concreto, la metodología que usó el autor fue una observación de campo, en la que él mismo estuvo implicado como un elemento más para conocer las motivaciones de quienes frecuentan los saunas gay, las dinámicas que se dan en su interior, y conseguir una descripción más acabada de quiénes son estas personas.
La actriz Daniela Cápona y docente de la Universidad de Chile asegura que estos espacios se sostienen debido al patriarcado, y que este a su vez está asentado en el amor, al deseo y a la admiración entre hombres. Según ella, existen todavía estrictos códigos para que los hombres puedan expresar sus emociones: golpes, palmadas, puñetazos. Y quienes no son capaces de metabolizar el amor en dichos códigos terminan padeciendo una masculinidad fallida, para la que el patriarcado tiene un lugar especial: «el museo de la infamia».
Cápona ve el sauna como un espacio de masculinidad fallida, donde el amor se despliega libre del mandato heterosexual: «El sauna es un espacio literalmente sin mujeres, donde los hombres existen solos, y donde liberan sus pulsiones de una forma voraz, lúdica e histrónica, con vocación de performance», dice. Y asegura: «Este libro nos permite una mirada a esta comunidad de hombres homosexuales que ha conseguido configurar una cultura propia. Es una comunidad complicada, tanto, que durante décadas fue clandestina».
Juan Carlos Skewes, antropólogo y académico del magíster en Antropologías Latinoamericanas, reveló que la investigación de Juan Cornejo se configuró y construyó durante el transcurso del programa: «Uno de los placeres protagónicos que tiene el libro es el de hacer etnografía. Juan recoge esa esencia y pone su cuerpo a disposición de una situación social. Y desde ahí hace observaciones muy agudas y frontales en un lenguaje que usa imágenes perfectamente discernibles».
«Homoerotismo, sociabilidad y discreción» no se trata de un texto sencillo, por el tipo de contenido que aborda y por los prejuicios y dilemas morales en torno al tema. Pero tal vez funcione como un espejo para mostrar cómo es la sociedad en la que estamos insertos: «Nos lleva a cuestionar cuánta emancipación real hay en espacios como los saunas, y cómo esta —la emancipación— incide en la orientación del deseo en el contexto de una sociedad patriarcal, donde hay prácticas homoeróticas que tienden a enfatizar los valores patriarcales. Entonces, ¿hasta qué punto lo que se vive ahí es resistencia? ¿O es solo la realización de un deseo prohibido?», se pregunta Skewes.
Para Juan Pablo Sutherland, doctor en literatura, escritor y activista LGBT+, el libro es la historia de los espacios público en los que el baño ha ocupado una categoría privilegiada como espacio de difusión política: «El sauna gay pareciera una arqueología en retiro, si se pensara en las formas en las que el deseo se articula hoy: las prácticas sexuales y la tecnología se conjugan para borrar o anular el sexo anónimo y público, y actúan como una privatización de los cuerpos».
Para el autor, a pesar de los avances políticos y tecnológicos, en Chile todavía vivimos en una especie de «espejismo de igualdad», porque —asegura— los derechos no son iguales para todos. En ese sentido, visualiza al sauna como un espacio político transgresor: «Los saunas son frecuentados para satisfacer ciertos deseos, pero también por la propia homofobia cultural e institucional aún presente en la sociedad chilena, que solo da cabida a expresiones erótico-afectivas en espacios como estos». Al mismo tiempo, las prácticas que se dan al interior tienen un sentido transgresor a la vez que «constatan la homofobia que lleva a que muchas personas frecuenten estos espacios al no tener otra instancia para satisfacer esos deseos».
Puedes encontrar el libro «Homoerotismo, sociabilidad y discreción» de Juan Cornejo y publicado por Ediciones UAH aquí.
Revisa la transmisión del conversatorio: