Rector Eduardo Silva SJ.
Rector Eduardo Silva SJ.
Eduardo Silva (57) llegó hace un año y medio a la rectoría de la Universidad Alberto Hurtado y su trabajo está separado de su domicilio por una gran puerta de madera a lo que todos en la universidad se refieren como “Narnia”. Atrás de la puerta, la vida privada de sacerdotes-académicos como él. Delante de ella, la vida universitaria, los alumnos, los profesores, un partido de taca-taca. Silva se pasea por la universidad -que recién celebró sus 20 años de existencia- hasta llegar a su oficina, en el segundo piso de una enorme casona que da a Almirante Barroso. Con una gran colección de búhos de testigo, que hacen referencia a la práctica de la filosofía, facultad de la que fue decano por 10 años, empezamos el diálogo.
¿Cuál es su balance después de un año y medio al mando de la universidad y de reemplazar a una figura tan mediática como el padre Fernando Montes?
Estoy contento y entusiasmado. Fernando estaba a la altura de la universidad, entonces uno camina por una universidad que está a la altura del rector que tuvo. Por otro lado, llevo 20 años en la universidad como decano y he participado de su gobierno: no me he encontrado con ninguna sorpresa, no hay nada que no hubiera colaborado con Fernando a construir. La particularidad nuestra es que articulamos algo que no siempre está articulado: calidad académica e inclusión social. Es muy difícil mantener calidad académica cuando recibes estudiantes que no tienen todas las ventajas comparativas que tiene la cota mil.
El último año del padre Montes y el primero suyo estuvieron marcados por la articulación de grupos radicalizados. Hubo un incendio en la azotea de uno de sus edificios producido por estudiantes en toma, un minisecuestro que le tocó vivir en su oficina. Ahora, acaba de haber elecciones y volvieron a ganar los grupos más radicalizados. ¿Cómo mira ese escenario?
En general, este año el movimiento estudiantil estuvo con menos presencia. Creo que el año pasado los grupos radicalizados estiraron demasiado el hilo y se les cortó. Y cuando hay una demanda por mejores condiciones de justicia y mejor educación, una cuestión que todos apoyamos el 2011, pero si eso significa destrozar un Cristo en la Gratitud Nacional o destrozar el Barros Arana o irrumpir violentamente en una oficina de autoridades como le pasó al rector Zolezzi, tú dices, ahí, esa causa está usando medios inapropiados. La violencia no es propia del mundo universitario, porque lo nuestro es la razón. Lamentablemente, nuestro escudo dice ‘por la razón o la fuerza’. Y no. Siempre por la razón.
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