Entre el 23 de marzo y el 15 de abril -cuando el coronavirus se empezaba a sentir en el país, las cifras superaban los 8 mil contagios y los fallecidos aún no llegaban a una centenar— dos docentes de la Universidad Alberto Hurtado hicieron una encuesta para averiguar el estado mental de los chilenos.
Consultaron a 3.958 personas. Un 67% dijo tener preocupación, un 60% ansiedad, un 41,8 % inquietud y un 41% reconocía angustia. Hoy, un mes y una semana después, los contagios se han multiplicado (61.857 ) y los muertos ya van en 630 personas. “En ese minuto (de la encuesta) aparece con fuerza el sentimiento de incertidumbre económica, la dificultad del teletrabajo y las tareas domésticas. Todo eso aumenta las emociones negativas en el confinamiento voluntario u obligatorio”, dice Paula Dagnino, doctora en Psicoterapia, y una de las autoras de la encuesta junto a Verónica Anguita.
Ya a principios de mes el jefe del departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud, Matías Irarrázaval, señaló en la comisión de Salud del Senado que “es difícil cuantificar los efectos de la pandemia, pero está claro que estamos todos afectados de diferente manera (… ) Aquí hay un estrés mantenido como nunca antes hemos visto. Durante meses las personas no van a tener la normalidad que tenían antes de la pandemia”. Y si bien sostuvo que “se están haciendo cosas, no es suficiente. Nos queda mucho por hacer”. El plan “Saludable-Mente” (que anunció el domingo el Presidente Piñera) buscar enfrentar precisamente esta realidad. Surgió inspirado en la propuesta de la Mesa Social Covid, que confeccionó un plan previendo —entre otras cosas— los efectos de las cuarentenas prolongadas…
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