El XV Encuentro Anual de Gestión de Personas -realizado el pasado miércoles 15 de noviembre en el Hotel Plaza Santiago de la capital- fue el escenario de la entrega de este reconocimiento, en el marco también de los 20 años que está cumpliendo el Servicio Civil. Junto al vicerrector fueron galardonados: Raúl de la Puente, ex presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF); José Pérez, actual presidente de la ANEF, y Elisa Ansoleaga, académica y directora de Investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales (UDP). En el evento participaron más de 300 jefes y profesionales del área de Gestión de Personas de los servicios públicos centralizados.
Felipe Melo, director nacional del Servicio Civil, junto con calificar que este reconocimiento a Eduardo Abarzúa “es más que merecido”, subrayó su aporte inspirador y visionario: “Eduardo ha sido un gran inspirador para muchos y muchas […]. Lo vemos tanto en los testimonios de las y los funcionarios del Servicio Civil como en los de muchos que han pasado por sus aulas, por sus clases en diferentes espacios. Su aporte, no solo ha sido desde el Consejo de Alta Dirección Pública, no solo con el desarrollo del conocimiento, a través de columnas de opinión o través de papers de investigación, sino también en generar vínculos, lazos al interior del mundo público”.
Uno de los temas en los que viene hace tiempo trabajando Abarzúa es la importancia que tiene la implementación del Diálogo Social como herramienta para resolver conflictos. Premisa también compartida por Melo, a la que califica como fundamental, haciendo hincapié en la necesidad de desarrollar relaciones 360 entre subalternos, pares, con superiores y con otros servicios que no necesariamente están dentro de la cadena de mando. El diálogo, dijo, implica buscar acuerdos y puntos comunes: “Las habilidades de diálogo, en el caso de Eduardo Abarzúa, están por delante y hemos visto en carne propia, y sin duda también los funcionarios del Servicio Civil, la herencia de su legado. Un premio más que merecido el que le estamos entregando hoy día”.
Quien también se sumó al reconocimiento de la trayectoria de Abarzúa en su compromiso con la función pública, fue el presidente de la ANEF, José Pérez, señalando que es “un tremendo ser humano, un tremendo profesional y un tremendo aporte en lo que ha significado la gestión moderna de las personas. Creo que el aporte de Eduardo, como consejero del Servicio Civil, en la vinculación con la ANEF y con las instituciones sindicales, permite un nivel de madurez también para nosotros y nosotras, quienes estamos en el Estado”.
José Pérez compartió también algunos de los momentos que han marcado su relación con el vicerrector Abarzúa: “Hemos podido tener complicidades en debate, en conversatorios, incluso en su despedida. Fue una despedida bonita que se hizo cuando dejó de ser consejero; fui invitado como presidente de la ANEF, y pudimos plantear en perspectiva que esto no se termina. Los cargos son circunstanciales, pero donde estemos, seguramente que seguiremos aportando, tal como lo hace desde la universidad”.
En tanto, el homenajeado -junto con agradecer este reconocimiento-, señaló que es gratificante recibir esta distinción porque implica que “lo que uno ha dado, ha sido significativo para las personas […]. La política pública ha sido muy influyente en el desarrollo y el estatus que ha alcanzado la gestión de personas en el país. Y en ese sentido, me ha permitido acompañar al equipo y al Servicio y, en general, a las diferentes instituciones que han impulsado esta política”.
Consultado por los desafíos que tiene Chile en materia de desarrollo de políticas públicas, Eduardo Abarzúa enfatizó que los temas de gestión de personas son vitales en la construcción de un Estado moderno: “Si esas personas no están en buenas condiciones, es muy difícil que cumplan con su rol. La ciudadanía es la primera que detecta el mal servicio, la mala capacitación, y eso va generando desconfianza en el Estado. Entonces, las áreas que se ocupan de la condición en que se prestan los servicios, -como una Dirección de Personas, por ejemplo- son vitales. Del mismo modo, estas unidades tienen a su cargo temas claves, como las relaciones laborales, y sabemos que las RRLL son condición y construcción de legitimidad interna de la organización”.
Sobre los elementos determinantes que deben configurar la modernización del Estado, Abarzúa puso el énfasis en la nítida separación entre Gobierno y Administración. El primero entendido como la dimensión política de la gestión del Estado, y la segunda como “la dimensión permanente, no sujeta a elecciones, que se instala, más allá de los cambios de Gobierno, para administrar políticas públicas a largo plazo en educación, salud, justicia, etc. Y eso, sostenido en una capa de empleados públicos estable, profesional, con espacio de desarrollo, con posibilidades de rotación y movilidad horizontal, con las mejores condiciones de trabajo. Ese es un Estado moderno”.