Fuente: El Mostrador
En el difícil camino de la innovación, que va del concepto al producto o proceso innovador, el andar no suele ser lineal. Hay varios casos en los que el nacimiento de productos rompedores suele surgir de fuentes inesperadas. El azar, la aparición y acontecimientos por casualidad de forma feliz o beneficiosa, ha sido parte de la configuración de trayectorias de innovación. Sin embargo, los procesos intencionados y los modelos de gestión han demostrado ser decisivos a la hora de fomentar un terreno fértil para avances revolucionarios. En esta columna vamos a explorar la contribución tanto de los aspectos fortuitos como de los intencionados para innovar.
Orígenes fortuitos
Algunas innovaciones notables se han originado a partir de eventos fortuitos o azarosos. Consideremos el caso clásico de Alexander Fleming, que dio con la penicilina en 1928 mientras trabajaba con cultivos de bacterias. Las propiedades antibióticas del moho que descubrió revolucionaron la medicina y salvaron innumerables vidas. En la década de 1940, el ingeniero Percy Spencer trabajaba en tecnología de radar cuando se dio cuenta de que un chocolate que llevaba en el bolsillo se había derretido debido a las microondas emitidas por el equipo de radar. Esta inesperada observación condujo al desarrollo del horno microondas, que revolucionó la forma en que cocinamos y calentamos los alimentos. Otro caso interesante es del ingeniero suizo George de Mestral, quien observó que durante un paseo se le pegaban las semillas de una planta a la ropa y al pelo de su perro. Intrigado por el mecanismo, examinó las semillas con un microscopio, lo que dio lugar a la creación del velcro, un revolucionario sistema de cierre.
En 1965, el aspartamo fue descubierto por el químico James Schlatter mientras trabajaba para G.D. Searle & Company. El químico estaba trabajando en un fármaco contra las úlceras y, durante el proceso de síntesis, accidentalmente derramó un compuesto químico en su mano. Más tarde, al pasar el dedo por su boca, notó el dulce sabor del aspartamo. Mas reciente, la nota Post-it, un material de oficina omnipresente debe su existencia a un intento fallido de crear un adhesivo superresistente. La búsqueda del Dr. Spencer Silver de un pegamento potente dio como resultado un adhesivo más débil y reposicionable, el ingrediente clave de la famosa nota adhesiva.
Estos casos ponen de relieve el poder del azar como ingrediente de la innovación. Aunque no se puede forzar el azar, las organizaciones pueden crear un entorno que fomente la creatividad, la curiosidad, la exploración y la amplitud de miras, creando las condiciones necesarias para que se produzcan esos eventos inesperados.
Gestión de la innovación
Aunque la casualidad puede ser un catalizador de éxito, la causalidad suele ser más convincente. Muchas innovaciones de éxito surgen de estrategias y modelos de gestión deliberados, cuando las empresas invierten en investigación y desarrollo, y emplean equipos interdisciplinares para sinergizar conocimientos e ideas.
Ejemplos notables son los de Apple Inc, famosa por su enfoque estratégico de la innovación. Mediante una combinación de liderazgo visionario, pensamiento de diseño e implacable orientación al cliente, Apple ha introducido constantemente productos revolucionarios como el iPhone, el iPad y AirPods. El compromiso de la empresa con la creación de un ecosistema sin fisuras ha redefinido las expectativas de los consumidores y los estándares del sector. Google permite a sus empleados dedicar el 20% de su semana laboral a proyectos personales. Esta política ha llevado a la creación de varios productos exitosos, incluidos Gmail y Google News, que muestran cómo dar tiempo y libertad a los empleados puede fomentar la innovación.
Por otro lado, Johnson & Johnson ha establecido centros de innovación en todo el mundo para colaborar con socios externos, incluidas nuevas empresas e instituciones académicas. Este enfoque de innovación abierta ha dado lugar a asociaciones que contribuyeron al desarrollo de soluciones sanitarias novedosas. Mercado Libre ha demostrado una capacidad excepcional para adaptarse a las necesidades y características del mercado latinoamericano. Esto a partir de una estrategia clara que incluye inversión en tecnología para mejorar la experiencia del usuario y optimizar sus procesos internos, el trabajo con socios estratégicos para fortalecer su oferta y mejorar la integración de servicios adicionales y la innovación como motor del negocio. Empresas como NotCo han introducido alternativas de alimentos de origen vegetal que tienen como objetivo replicar el sabor y la textura de los productos tradicionales, innovaciones que responden a la creciente demanda de opciones alimentarias sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Estos casos resaltan los diversos enfoques que adoptan las organizaciones para gestionar la innovación con éxito. Ya sea a través de innovación abierta, estrategias centradas en el cliente o avances tecnológicos. Estos ejemplos demuestran cómo mantenerse a la vanguardia en el dinámico panorama empresarial actual, a menudo requiere un compromiso con la innovación y la adaptación continuas.
Los marcos de innovación -como las metodologías “Design Thinking”- centrada en comprender profundamente las necesidades y problemas de los usuarios para generar soluciones creativas y centradas en el usuario y “Lean Startup”, basada en los principios de la fabricación ajustada- pretenden minimizar los residuos y maximizar el aprendizaje validado durante el proceso de desarrollo del producto. Hacen hincapié en un bucle de retroalimentación Construir-Medir-Aprender para desarrollar innovación de forma iterativa y ajustar las estrategias en función de los comentarios de los clientes y los datos del mundo real. Ofrecen enfoques sistemáticos para la resolución de problemas y el desarrollo de productos, haciendo énfasis en la empatía, la iteración y la colaboración, garantizando que los productos no sólo satisfagan las necesidades de los usuarios, sino que también se adapten a la dinámica cambiante del mercado. Además, los modelos de gestión estratégica, como la Estrategia del Océano Azul, animan a las organizaciones a explorar espacios de mercado sin explotar y a crear espacios de mercado no disputados.
La innovación es un proceso polifacético que puede estar impulsado por lo fortuito y lo intencionado. Mientras que el azar desencadena descubrimientos inesperados, los procesos estratégicos y los modelos de gestión proporcionan la estructura y la dirección necesarias para convertir estos descubrimientos en innovaciones tangibles. Adoptar ambos aspectos enriquece el panorama de la innovación, fomentando la resistencia y la adaptabilidad.
En el emocionante viaje de la innovación, el azar puede traer sorpresas, pero recordemos que la mayoría de las veces, el éxito radica en la constancia, la disciplina y el esfuerzo sostenido.
Mauricio Castillo
Facultad de Economía y Negocios UAH