Fuente: eldesconcierto.cl
Hace unos días atrás, releía una entrevista a Simone de Beauvoir, una de las pocas que dio en televisión (fue el 6 de abril de 1976), en la que decía: “Si las mujeres hiciesen una revolución en el ámbito de trabajo doméstico, si lo rechazaran, si obligaran al hombre a hacerlo con ellas, si dejase de ser un trabajo clandestino al que están por así decirlo condenadas –ya que pasarse toda su vida en un trabajo que no tiene nada de productivo, es una condena-, toda la sociedad se transformaría”– (https://ctxt.es/es/20160420/Politica/5537/Simone-de-Beauvoir-entrevista-El-segundo-sexo-aniversario.htm). Al leerla, inmediatamente pensé en todo lo que está ocurriendo en muchos hogares a nivel mundial en situación de confinamiento por la pandemia del Covid-19: clases en casa, teletrabajo (para quienes pueden hacerlo), y toda la carga que sostienen las mujeres de trabajo doméstico, reproductivo y de cuidados. Ese trabajo que, como nos dice Simone, no se le otorga un valor económico, no es remunerado.
Hace décadas, antes de la crisis sanitaria, el feminismo venía demandando fuertemente el fin a la doble o triple jornada laboral no remunerada que vivimos los cuerpos feminizados. Pero, ¿qué ocurre hoy cuando esas dos o tres jornadas son por obligación a puertas cerradas?, ¿qué ocurre si además eres profesora? En Chile, según indican las cifras del Centro de Investigación del Ministerio de Educación (2017), más del 73% de las y los docentes somos mujeres, y en el caso de las educadoras de párvulos y diferencial, el 98%. Cuando hablamos de la crisis en las pedagogías, cuando nos enteramos de las altas cifras de deserción docente, nunca logramos visibilizar con claridad que, dentro de este ámbito, la feminización de las pedagogías es una variable que no podemos obviar. El Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) y el Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile, presentó una investigación llamada “Análisis a la deserción laborales de los profesores”, sin advertir en su título que lo que llama “los profesores” (varones) son escasamente el 27% del total de docentes. La citada investigación señala que más del 20% de las y los docentes desertan de su trabajo en los primeros 5 años de ejercicio. Y, en una investigación del mismo centro en 2016, se indicaba que el 60% de los 126 mil profesores y profesoras que ingresaron a la docencia en los 2000 continúan en la profesión al completar una década (http://www.ciae.uchile.cl/index.php?page=view_noticias&langsite=es&id=848).
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