Felipe Armstrong, académico Departamento de Antropología UAH.
La solicitud hecha al Museo Británico por la comunidad Rapanui, apoyada por el Estado de Chile, para la repatriación del moái Hoa Hakananai’a, es uno más de los esfuerzos de este pueblo por conseguir reparar los efectos del colonialismo, primero europeo y luego chileno. Sumado a la aprobación de la Ley de Regulación y Residencia en Rapa Nui y al cambio oficial de nombre -de Isla de Pascua a Rapa Nui-, la voluntad por recuperar el moái da cuenta de un pueblo organizado, consciente de sus derechos y de su historia.
Desde esta perspectiva, esta solicitud de repatriación encuentra eco en una serie de reclamaciones indígenas, tanto en Chile como en otros rincones del mundo, por ser considerados actores e interlocutores en el escenario de la globalización. Su protagonismo, minimizado por años de dependencia y control colonial, se encuentra hoy activo y nos obliga a repensar el dominio de las ideas y principios occidentales en el orden global.
¿Qué podría justificar que objetos patrimoniales relevantes para poblaciones vivas se encuentren exhibidos en museos alrededor del mundo, reducido su valor al de piezas de interés turístico y folclórico? Si bien es cierto que hoy muchos museos, entre ellos sin duda el Museo Británico, cumplen un importante rol en la enseñanza, valoración, resguardo y respeto de la diversidad cultural humana, la relevancia que para sus comunidades de origen tienen los bienes patrimoniales como el moái Hoa Hakananai’a va más allá de un rol educativo…
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