“Cuando se tiene que sentar a corregir pruebas, Juan Carlos Gutiérrez (44) sabe que le va a tomar tiempo. Sus evaluaciones no contienen preguntas con alternativas en las que sólo hay una opción correcta. En todas, sus alumnos deben desarrollar una idea. “Y así tiene que ser”, dice, “porque puedo ver cómo están entendiendo las cosas y reconociendo en cada uno de los alumnos dónde están sus errores conceptuales. Así puedo ayudarlos”. Gutiérrez estudió Arte en España y luego Ciencias del Medioambiente en la Universidad Católica, pero fue la docencia lo que realmente lo cautivó. Llegó a ella de manera inesperada, cuando trabajaba en un laboratorio de la Universidad de Chile, mientras preparaba su tesis en biofísica de membranas. “Me encontré con la posibilidad de hacer clases de botánica en una escuela obrera de Isla de Maipo, para temporeros”, cuenta. “Ahí dije “esto es lo mío”, Creo que el impacto que puede generar que alguien comprenda cómo funciona su entorno es muy significativo, abre miles de posibilidades. Cuando entiendes lo que estás aprendiendo, puedes construir mundos infinitos”. Así lo experimentó él desde chico y de una manera poco convencional. Sus papás viajaban por el mundo desarrollando investigación y vivió en países como Mozambique y Marruecos. Por lo mismo, nunca fue al colegio. “Quizás una vez en la básica y otra en la media, pero en realidad daba exámenes libres”, cuenta. Esas experiencias desarrollaron en él la costumbre de estar buscando oportunidades para hacer lo que le gusta. En su paso por la U. de Chile conoció a un grupo de científicos, entre ellos Patricia López —actual directora de Pedagogía en Biología y Ciencias Naturales de la Universidad Alberto Hurtado-, que le mostró cómo podía unir todas sus motivaciones. “Ella había traído el programa ECBI (Enseñanza de Ciencias Basado en la Indagación) y me invitó a trabajar en ello. Me pareció maravilloso: ver cómo funciona el cerebro, cómo la gente aprende, y decidí que eso era a lo que me quería dedicar”, dice. Desde entonces han pasado más de diez años. Como profesor y asesor en colegios vulnerables, hasta en cargos dentro del ministerio de Educación, Gutiérrez quiere demostrar el valor que tiene la indagación científica como metodología de aprendizaje…”.
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