¿Cómo afecta la virtualidad en las clases de Filosofía? ¿De qué manera nuestra subjetividad nos está afectando? ¿Qué desafíos tienen las clases de filosofía en los tiempos actuales? fueron algunas de las preguntas que guiaron el conversatorio que dio inicio al año académico 2021 del Departamento de Filosofía, con una charla moderada por la académica Rosario Olivares y con la participación de los académicos Marisa Berttolini (Asociación Filosófica de Uruguay), Ola Grau (Universidad de Chile) y Alejandro Cerletti (Universidad de Buenos Aires – Universidad Nacional de General Sarmiento).
El director del Departamento de Filosofía, Roberto Rubio, dio inicio a la actividad afirmando que todas y todos sentimos que este sigue siendo un año especial, interesante y especialmente difícil. “El hecho mismo de que no podamos estar uno junto a otras y otras presentes nos muestra eso, pero es un es un año para llevarlo adelante, para vivirlo y hacerlo nuestro del mejor modo posible y ese es el sentido de hacer esta inauguración. La idea no es sentirnos restringidos, sino que juntos y hacer lo que hacemos, que es hacer filosofía y nada mejor entonces que un conversatorio sobre el tema que se ha escogido y que ha gestionado la profesora Rosario Olivares, que es enseñar filosofía en pandemia”, dijo el director del Departamento.
Por su parte, la académica Rosario Olivares , afirmó que a lo largo de este año y medio de pandemia, nos hemos acercado en torno a la temática de las clases online, algo que también permite que haya tantas personas del continente. “Nos permite reflexionar las posibilidades que abre la virtualidad para encontrarnos y relacionarnos de otra forma en la sala de clases y enseñando filosofía”, dijo.
Los académicos invitados reflexionaron acerca de la filosofía en tiempos de pandemia y cómo afecta al continente, la primera en exponer fue la profesora uruguaya Marisa Betrollini, docente del Instituto Profesor Artigas, fue Inspectora Nacional de Filosofía en Educación Secundaria y parte de la directiva de la Asociación Filosófica de Uruguay AFU, quien inició haciendo un chequeo general de la pandemia, la cual afirma “profundizó en la visualización de algunas patologías que caracterizan la sociedad que habitamos”, ya que trastocó fuertemente lo que es aislamiento, percepción del otro como un peligro, roce con la muerte, miedo y soledad. Asimismo, afirma lo relevante que es pensar en el desplazamiento que ha sufrido la enseñanza en el ámbito doméstico, en el formato virtual y sus consecuencias. “La nueva modalidad de educación virtual, en el ámbito doméstico, agrava el intento de control y sanción, afirma Betrollini. Sin embargo, agrega que “aún, en este entramado hostil, puede y debe enseñarse la educación filosófica”.
Por su parte, Ola Grau, quien es profesora de filosofía y doctora en Literatura por la Universidad de Chile, docente de la Facultad de Filosofía y Humanidades y del Centro de Estudios de Género y Cultura en América Latina de la misma universidad, afirmó que una cuestión que le ha inquietado es que estamos viviendo una especie de reducción de la experiencia por una serie de dispositivos que no podemos medir en su eficacia de vigilancia y represión y no sabemos la manera en que esa reducción está afectando nuestras subjetividades. “Para nosotros, como profesores, la prevalencia de las pantallas negras sigue perturbando. El que no haya voces, el no saber si están. Está el trauma de la presencia de la ausencia”, afirma Grau. Además, hace hincapié en los estudiantes quienes, según la académica, “necesitan lo que es un cruce de la narración con la literatura y el arte. Es el cultivo del lenguaje, y cómo este puede ser un instrumento para decir lo que es tan difícil de decir”.
Finalmente, fue el turno de Alejandro Cerletti, doctor en filosofía por la Universidad de Buenos Aires y Universidad París 8 (Saint-Denis). Profesor regular e investigador de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y del Instituto del Desarrollo Humano de la Universidad Nacional de General Sarmiento, quien considera que la situación mundial no trajo nada nuevo, sino que lo que hizo es acelerar lo ya existente de una manera absolutamente vertiginosa. “No hay nada nuevo. Lo que ocurrió es que se exacerbó lo que ya existía. Los últimos 20 años hemos alimentado un big data, a través de todo lo que es el uso de un dispositivo electrónico, de una instancia que no es pública. Asimismo, se refirió a la educación en el contexto actual, afirmando que “lo que ha ocurrido es que, a través de la virtualización, hemos utilizado un mecanismo, un dispositivo, que era propio de la socialización. La escuela se metió en la intimidad de los estudiantes y en sus dispositivos para socializar.
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