Miriam Henríquez, decana de la Facultad de Derecho y Martín Bernales, Centro de Investigaciones Socioculturales (CISOC).
Una clase magistral de derecho constitucional con un tono reflexivo fue lo que se vivió en la Universidad en el encuentro “Nueva Constitución: Diálogo desde una mirada ciudadana”, organizado por la Facultad de Filosofía y Humanidades y la Facultad de Derecho de la UAH.
La decana de la Facultad de Derecho, Miriam Henríquez, deshilvanó uno a uno los conceptos más complejos de este momento histórico, que obliga a la academia y a la ciudadanía a pensar en el modelo político, social y económico que Chile quiere y necesita para poder impregnarlo en una nueva Carta Magna.
“Si en la calle las demandas exigen un nuevo modelo de afp, de salud o de educación, hay que establecer las prioridades en la nueva Constitución sobretodo redefinir conceptos como la persona, la sociedad y al Estado”, explicó la académica.
El encuentro, moderado por el Doctor en Filosofía, Martín Bernales, consiguió de forma pedagógica diferenciar los tipos de democracia que existen, y los límites en el ejercicio del poder y los derechos fundamentales. También se explicó que la Constitución no debiera llevar todos los temas, hay materias que se pueden discutir como “leyes” que se legislan con otros quórum que permiten más posibilidades de acuerdos.
Según la académica, elaborar una nueva Carta Magna desde hoja en blanco es un desafío enorme, más en los tiempos que se establecieron que son nueve meses si es que se aprueba el plebiscito de abril del 2020 y luego un órgano constituyente en octubre del proximo año, que tendrá como único objetivo redactar la Carta Fundamental. Por lo mismo, “es muy importante participar en los cabildos ciudadanos y aprender las definiciones para argumentar y debatir si se está de acurdo o no”.
Para entender la complejidad, un ejemplo es que la Comisión Ortúzar que redactó la Constitución del ’80, se tomó siete años en tenerla lista. Y el diseño – que puede ser corta, larga, rígida- será muy relevante considerando la fórmula de los 2/3 “que es lo más probable que los parlamentarios lo mantengan para lograr acuerdos mínimos. Si bien es un quórum alto, de un 66% del Congreso se pueden lograr acuerdos”, explica Mirian Henríquez.
Según la decana, los chilenos estamos acostumbrados a la democracia representativa, pero “podemos pensar en una democracia semidirecta o con más participación por la vida de referéndums, plebiscitos y así ganar espacios de debate y discusión”.
En cuanto al rol del Estado las posibilidades son varias, existe el mínimo, el garante, el asistencialista, el proveedor, etc. Y en cuanto al poder se deberán establecer decisiones, si queremos un régimen de gobierno con mayores garantías del Presidente o del Congreso o una fórmula intermedia.
Por último, para que esta Constitución sea suprema debe existir un garante que defienda esa supremacía, que ahora es el poder judicial, pero también puede cambiar.
“La constitución es la principal norma del orden que se ubica en la cúspide y no se puede contradecir y para eso debe haber un órgano que la proteja”.
Por último, la decana Miriam Henríquez, que lleva años trabajando por la equidad de género, sostuvo que la hoja en blanco debe reflejar el rol de la mujer y la diversidad de Chile: “Hay que proteger el acuerdo porque es un camino hacia una nueva Constitución y debe contemplar una norma sustantiva que asegure la igualdad entre hombres y mujeres en todos los planos del acontecer público o privado”, sentenció.