Destacados expositores participaron el pasado miércoles 2 de septiembre en el Congreso de Universidades Católicas, realizado en la Pontificia Universidad Católica de Chile, en el marco de los 25 años de la promulgación de la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, escrita por el Papa Juan Pablo II, y que aborda la misión e identidad de las universidades católicas.
En la ocasión se debatió sobre el rol de las universidades católicas en la sociedad y los importantes desafíos y reformas que se están desarrollando en la educación chilena.
En el acto inaugural el Arzobispo de Santiago, Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Ricardo Ezzati se refirió al rol que deben cumplir este tipo de instituciones “Una universidad católica está llamada a servir, como comunidad de cristianos está llamada a ser samaritana, que sabe conmoverse con el prójimo. Nuestras universidades están llamadas a responder las preguntas fundamentales de la sociedad”.
El Rector de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando Montes, participó en el Panel “La fe en diálogo con la ciencia y la cultura” junto a Rafael Vicuña, Profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile y a Miguel Eyquem, Fundador de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
En su exposición el sacerdote jesuita destacó la misión de las instituciones de inspiración cristiana tanto en la región como en el país. “Algo pasa en América Latina, la inequidad, la injusticia, políticas muy inestables, es una gran responsabilidad para las universidades católicas aportar para el entendimiento de estos fenómenos y reflexionar sobre ellos. Respecto de Chile, el Rector hizo un llamado a los investigadores a estudiar la crisis de desconfianza que vive el país así como otras realidades complejas que es necesario abordar desde las ciencias sociales y las humanidades.
Por último recalcó que tanto las instituciones como los intelectuales deben aprender a escuchar a los más pobres. “Debemos tener especial cuidado con los más postergados, porque sus problemas son menos escuchados. Escuchar y hablar un lenguaje en que el otro, que no piensa igual que yo, entienda. Si hay una institución que debería ser abierta a todos es la universidad, especialmente las católicas”.