Durante el encuentro Innovación y Asociatividad, organizado por la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Carolina Sepúlveda, directora de Innovación UAH, contextualizó respecto del reciente informe del Global Innovation Index, en el que Chile descendió del primer al tercer lugar en América Latina, con una disminución significativa en cooperación:
“Me llamó la atención que uno de los aspectos en los que más bajamos —6 puntos— fue en los temas de vinculación entre academia e industria, o sea, en el ecosistema y de colaboración”, señaló Sepúlveda.
Para revertir esta problemática, Carlos Ladrix, subdirector de Investigación Aplicada de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), expresó que se “requiere que todos los actores que participan en una innovación puedan conversar de manera fluida y permanente; se necesita ir y volver entre el Estado, la industria y la academia, entre quienes usan el conocimiento y quienes lo generan”.
En el mismo sentido, Gabriela Rubilar, académica de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Chile, planteó la asociatividad y la transferencia de conocimiento como una necesidad, con un propósito político claro y un impacto real en la sociedad. Para ello recomienda observar, como parte del proceso, cómo las decisiones impactan en la vida de las personas.
Por su parte, Varinka Farren, directora ejecutiva de Hub APTA y presidenta de Women Board Up, se centró en la brecha entre la universidad y la industria: “Una de las problemáticas es que las empresas no invierten suficientes recursos bajo la excusa de que la universidad es muy lenta. Y esta, a su vez, no mira al mercado. Hay una desconexión”.
Como estrategia ante esta situación, Farren explicó que Hub APTA ha implementado iniciativas enfocadas en inteligencia artificial en 25 universidades, “porque creemos que existen soluciones que pueden llegar mucho más rápido al mercado”, asegura.
A lo largo de la conversación se hizo hincapié en la relevancia en las ciencias sociales y las humanidades en la resolución de los conflictos actuales, siendo la colaboración y el vínculo entre academia e industria un eje clave en la búsqueda de soluciones que impacten en la sociedad y que contribuyan a mejorar la posición de Chile en el escenario global de innovación.